¡Levántate!

 

Con gran pesar y una determinación compartida, nos unimos para abordar una cuestión apremiante que nos afecta a todos: el impacto devastador de las graves inundaciones en nuestros hogares y medios de vida.

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Durante generaciones, nuestras familias han llamado hogar a este vecindario, capeando tormentas y desafíos con una determinación inquebrantable. Sin embargo, la reciente inundación del 22 de enero de 2024 ha puesto a prueba nuestra resiliencia como nunca antes. A raíz de esto, muchos de nosotros nos encontramos sin nada más que la ropa que llevamos puesta, enfrentando la abrumadora tarea de reconstruir lo que se perdió.

 

Está muy claro que la gravedad de estas inundaciones se debe no sólo a fuerzas naturales sino principalmente a la grave negligencia de quienes tienen la tarea de garantizar la seguridad y el bienestar de nuestra comunidad. A pesar de nuestras repetidas súplicas y defensa, la ciudad no ha cumplido con su responsabilidad de mantener los sistemas de alcantarillado y drenaje, permitiendo que se congestionen a medida que se deterioran a niveles peligrosos, llenos de años de vegetación, basura, campamentos, muebles, vehículos abandonados, y más.

 

La ciudad reconoció la necesidad apremiante de mejorar la infraestructura hace más de una década, pero en su lugar priorizó un proyecto de parque. En 2018, la Ciudad reconoció públicamente la urgencia de mejorar, y nuevamente en 2019, como lo demuestra su silencioso acuerdo de una demanda con un pequeño grupo de miembros de la comunidad que tomaron medidas para abordar esta preocupación de larga data.

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Este patrón subraya un continuo desprecio por la seguridad y el bienestar de nuestra comunidad, particularmente en medio de los crecientes desafíos que plantea el cambio climático. Las consecuencias de las acciones de la Ciudad, o la falta de ellas, se sienten no sólo durante la inundación, sino también inmediatamente después. Nos dejaron a nuestra suerte durante días sin ni un solo funcionario de la ciudad a la vista. Esta fue una violación fundamental de la responsabilidad hacia los ciudadanos que se ha jurado proteger; este patrón preocupante debe abordarse con urgencia y responsabilidad.

 

Nos negamos a ser víctimas pasivas de las circunstancias. Exigimos responsabilidad a los funcionarios de nuestra ciudad y un compromiso con medidas proactivas que salvaguarden nuestros hogares y nuestro futuro.

 

Este no es un llamado a recibir limosnas ni promesas vacías, sino un llamado a la acción arraigado en la fuerza colectiva y la resiliencia de nuestra comunidad. Los funcionarios de la ciudad deben reconocer que esta comunidad NO es solo una sesión fotográfica, ni somos simplemente fuentes de aportes o comentarios para ayudarlos con la reparación de su reputación.  Hemos hecho más por nuestra propia comunidad que aquellos funcionarios electos, y ¡EXIGIMOS TENER VOZ DE CÓMO AVANZAR!  Nuestra fuerza, resiliencia, conocimiento y determinación han demostrado ser activos valiosos y continuamente ignoramos y descuidamos estos activos es una forma de sesgo. 

 

Nos negamos a seguir siendo el "barrio olvidado" de la ciudad más cara para vivir de Estados Unidos. Nos negamos a seguir derribados. Nos mantenemos unidos para animarnos unos a otros y coordinar nuestros esfuerzos y voces para lograr un cambio real.

 

Juntos, reconstruiremos, recuperaremos y fortaleceremos nuestra comunidad contra futuras adversidades. Ante la adversidad encontramos fortaleza; en unidad encontramos esperanza.

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Este es un llamado a TODAS las comunidades subrepresentadas, ¡nuestras voces merecen ser escuchadas!